En la actualidad hombres, mujeres y niños se han sumado al placer y al beneficio de la natación. Sin embargo, esta práctica acuática, como cualquier otra actividad, no está exenta de complicaciones si no se complementa con ciertos hábitos higiénicos.
Por regla general las condiciones higiénicas de nuestras piscinas o centros deportivos son apropiadas, pero esto no es suficiente para evitar una posible infección, ya que intervienen multitud de factores, como por ejemplo los cambios de humedad y del ph que afectan a la flora natural de la piel.
Las posibles afecciones pueden ser de muy diferente índole y afectar a muchas partes de nuestro cuerpo. Un caso muy común, como consecuencia de una higiene inadecuada, es el "pie de atleta" o tiña podal. Otra caso frecuente es el que nos ocupa este artículo: La otitis externa, también conocida como otitis del nadador o de las piscinas.

¿Qué es la otitis?:



Para responder a esta pregunta primero veamos de forma resumida las partes de las que consta el oído:
  • Oído externo: Incluye desde el pabellón auditivo (oreja) hasta la membrana del tímpano.
  • Oído medio: Es donde se encuentra la cadena de huesecillos. Comunica con la nariz, mediante la trompa de Eustaquio, y con la mastoides, por un orificio posterosuperior.
  • Oído interno o laberinto: Es la parte más interna. A su vez se divide en dos, el laberinto anterior o cóclea, que es donde el sonido se convierte en un estímulo nervioso, y es denominada comúnmente como "caracol", y el laberinto posterior que engloba a tres conductos semicirculares y el vestíbulo, con el utrículo y el sáculo; el laberinto posterior está relacionado con el equilibrio.
La otitis es un proceso infeccioso que afecta a las diferentes estructuras del oído produciendo inflamación. Puede afectar a las partes externa, medias o internas del oído, denominandose la inflamación de cada una de estas partes otitis externa, otitis media y laberintitis o inflamación del oído interno respectivamente.

La otitis externa:

La otitis externa, conocida coloquialmente como "oído de nadador" es una infección del conducto auditivo externo (CAE), el tubito que conduce los sonidos desde el exterior del cuerpo hasta el tímpano (ver imagen 1). La otitis externa puede estar provocada por muchos tipos diferentes de bacterias u hongos.
Las personas que desarrollan otitis externa generalmente han buceado o nadado durante largos períodos de tiempo, especialmente en lagos, ríos o estancos contaminados (aunque algunas veces algo tan simple como el agua proveniente de la ducha puede ocasionarlo). Esto puede introducir bacteria infecciosa dentro del canal auditivo. Nadar en agua con cloro también puede causar otitis externa debido a que el agua con cloro puede facilitar la penetración de bacteria u hongos en el canal del oído.
No es estrictamente necesario practicar la natación para tener "oído de nadador". Cualquier cosa que lesione la piel que recubre el interior del conducto auditivo puede provocar este tipo de infección. Tener eccema o la piel demasiado seca, rascarse el conducto auditivo, limpiarse demasiado enérgicamente los oídos con bastoncitos de algodón o introducirse en las orejas objetos punzantes, como clips para sujetar papeles, hebillas o alfileres para sujetar el pelo, incrementan el riesgo de desarrollar otitis externa.
Cuando hay demasiada humedad en el oído, la piel que recubre el interior del conducto auditivo se puede irritar y lesionar, permitiendo la proliferación de bacterias u hongos. En los climas templados la otitis externa se da más frecuentemente durante los meses de verano, cuando es más frecuente bañarse en el mar o la piscina.
La otitis externa puede presentarse de tres formas:
  • Otitis externa circunscrita o forunculosis: es la infección de un folículo piloso del conducto auditivo externo (pelito del conducto del oído). Es causado generalmente por la bacteria Staphilococcus Aureus. Posiblemente causadas por maniobras de rascado.
  • Otitis externa difusa bacteriana: que consiste en una inflamación de la piel del conducto auditivo. Son determinantes el calor y la humedad, por lo que es muy frecuente en verano. Es producida, generalmente, por la entrada de agua contaminada (suele ser típico en los nadadores, tras el uso de bastoncillos o por erosiones). Casi siempre producida por la bacteria Pseudomona Aeruginosa.
  • Otitis externa necrotizante o maligna: Es una forma de otitis de especial gravedad, que ocurre generalmente en pacientes inmunodeprimidos y diabéticos, de edad avanzada. Es muy grave, pudiendo ser letal. Ocasionada por Pseudomona Aeruginosa, puede afectar a tejidos vecinos como el pabellón auricular, parótida, la mandíbula e incluso ocasionar osteomielitis de los huesos del cráneo, tromboflebitis del seno lateral y afectación de las meninges.
Existen otras clasificaciones más complejas que no mostraremos en este artículo ya que su desarrollo queda fuera de los objetivos de esta sección.

Síntomas:

Los síntomas de una otitis externa incluyen:
  • El síntoma principal es la otalgia (dolor de oído), que puede ser muy intensa. El dolor se intensifica con la movilización del pabellón auditivo y cuando se presiona sobre una región de la oreja denominada trago o cuando se mastica. Suele ser unilateral, aunque hasta un 10% de los casos son bilaterales.
  • Hinchazón del oído.
  • Sensación de taponamiento o presión dentro del oído afectado.
  • Producción de pus del oído afectado (otorrea serosa).
  • Sonido disminuido o amortiguado.
  • Algunos casos provocan fiebre.
No existe una medida para decir cuánto tarda la otitis en desarrollarse, pero el dolor en el oído generalmente aparece tras haber nadado o haberse sumergido en agua y continúa incrementando en intensidad durante varias horas al día.

Prevención:

Para prevenir la otitis externa siga estos consejos en la piscina:
  • Evite que el agua se introduzca en el Conducto Auditivo Externo utilizando tapones para tal fin. No todos los tapones son apropiados para practicar la natación. Algunos están diseñados para aislar el ruido, pero no evitan que se meta agua; otros tapones pueden irritar el CAE y predisponer a la otitis. Por la gran variedad de tipos de tapones, y sus diferentes usos, le recomendamos que consulte con su farmacéutico. Abstengase de adquirir este producto en establecimientos poco fiables.
  • Utilice gorro de baño, preferiblemente de silicona o látex ya que los de tela no evitan que el agua penetre en el oído. Si fuera necesario podría utilizar hasta dos gorros uno encima del otro.
  • Después del baño o la ducha seque suavemente el oído hasta que queda lo más seco posible con una toalla. Un secador de pelo en la temperatura y velocidad más baja también le puede ayudar a secarse los oídos, asegurándose de sostenerlo lo suficientemente alejado del oído para que causar ningún daño.
  • Ayude a sacar el agua de dentro de sus oídos volteando la cabeza a cada lado halando del lóbulo del oído en distintas direcciones.
  • Si los tapones convencionales no son lo suficientemente efectivos pruebe a hacerse unos especialmente diseñados para su oído. Estos tapones a medida se realizan de resinas acrílicas no porosas (silicona) a partir de un molde de su propio oído y ofrecen la mejor protección contra el agua al adaptarse totalmente a la forma del canal auditivo. Podrá encontrarlo en centros auditivos especializados.
Otros cuidados preventivos generales para prevenir la otitis externa:
  • Nunca se meta nada dentro del canal auditivo: hisopos de algodón (bastoncitos), el dedo, ganchos para sujetar papeles, líquidos o aerosoles. Esto puede lesionar o irritar la piel. Si tiene bastante comezón en el oído vaya a ver al médico.
  • Evite la limpieza enérgica del Conducto Auditivo Externo.
  • Déjese la cera dentro del oído. Si usted piensa que la cera de su oído le está afectando la audición, vaya a ver al médico para asegurarse de que no exista otra causa.
  • Los niños no deberían limpiarse ellos mismos los oídos ni introducirse objetos en las orejas, ni siquiera los bastoncillos de algodón anteriormente mencionados.

Tratamiento:

Su médico le mirará dentro del canal auditivo y le removerá cualquier liquido o pus que tenga. El médico le revisará el tímpano para asegurarse de que no haya otra infección. La mayoría de las infecciones de otitis externa pueden tratarse con gotas para los oídos que contienen antibióticos para combatir la infección y medicamentos para disminuir la comezón e hinchazón.
El uso abusivo de los antibióticos es una de las principales causas del incremento de la resistencia bacteriana, uno de los mayores problemas de salud pública. Consulte a su médico sobre el tratamiento de la otitis con este tipo de medicamentos y bajo ningún concepto se automedique.
Si experimenta dolor en el oído puede tomar un calmante o analgésico que no requiera receta médica para el alivio del dolor y consulte con su especialista.