La natación es un deporte en el que participan casi todos los grupos musculares del cuerpo. Es, por tanto, una de las mejores y más completas actividades que podamos practicar. Para aquellos que la practican a la tercera edad mostramos sus ventajas.

* Favorece la actividad del sistema cardio-respiratorio muscular.

* Posibilita mover el cuerpo en el agua y favorece la actividad física en personas obesas, con patologías en columna y en aquellas que fuera del agua tienen dificultades para actividades deportivas, en quienes necesitan rehabilitación cardíaca o motriz…

* Permite abandonar el sedentarismo y desarrollar, sin un gran desgaste energético, una actividad que produce placer y brinda la oportunidad de superarse y de lograr confianza en uno mismo.

* Ejerce efectos hidroterapéuticos y mejora los síntomas de enfermedades de carácter óseo, articular, muscular, motriz, etc., de manera que proporciona una gran sensación de bienestar.

Primer contacto con el agua.

El primer contacto con el agua consistirá en realizar ejercicios de flotación para perder el miedo, ya que puede ocurrir que no se haya nadado desde hace años.

* Adaptación a la sensación de profundidad: es importante que al principio se trabajen las zambullidas e inmersiones. Cuando el practicante se sienta más seguro, podrán desarrollarse totalmente las demás técnicas en la piscina.

* Crol: permite desarrollar altas coordinaciones en una posición hidrodinámica muy favorable para el nadador.

* Espalda: desarrolla coordinaciones diferentes y complementarias al crol. Braza: aporta al nadador mucha seguridad porque el cuerpo no se desequilibra, la propulsión es simétrica y proporciona un dominio mayor del cuerpo, pero debe practicarse con precaución porque se pueden producir molestias lumbares (vascularización de la pelvis) y tensiones cervicales provocadas por la respiración.

* Mariposa: no es óptimo para personas mayores debido a la fuerza y los movimientos de columna que exige, y porque en esta modalidad el cuerpo trabaja con más deuda de oxígeno (anaerobiosis), desaconsejable en la vejez.